María Como Juego de Niños… con tradición de vecindario

Las sociedades modernas en continuos procesos de transformación no tienen límites en aniquilar formas de vida y sentimientos que para algunos modernos les parecen arcaicos.

En el romance juvenil actual por ejemplo se superó las caritas con dibujos o los serenos musicales con riesgo, ahora los jóvenes son anexo del celular que sirve para deletrear la pelada cualquier ocurrencia ofensiva para conquistarla, sin mirarnos los ojos y encontrar el encantamiento de la pupila, la sinceridad. Los más enanos ni se diga, ya no sabe lo que es jugar a la chupillita, los huevos de gato o sacarse los botones para jugar a la bomba. Todo pasa tan deprisa que nos agobia los planes y dejamos de hablar en familia, se ha vuelto común ver y oír los embarazos prematuros con consecuencias negativas en la madre joven y en la inconsistencia del nuevo ser.

Con estas apreciaciones generales se nos vuelve fácil deducir que estas historias terminan trágicas, no es el caso que nos propone la productora cultural Ecuavisión Servicios Audiovisuales, en su película llamada María Como Juego de Niños, cuya trama nos remite a esa vida de barrio con tradición de vecindario, leyendas y sueños diarios. Un mujer lavandera que ante el abandono de su protector masculino, debe lavar ropa ajena para mantener a su hija, la misma que en su primera experiencia amorosa, se saca el premio para ella solita (guagua), no falta la vecina chismosa que todo tergiversa y enreda, los artificios que realiza un teatrero de la calle para amenizar la vida de la gente y pretender el cariño de la Cecilita (la madre soltera) y lo que podría ser una historia triste termina de otra manera, pero como esto no es cuento literario, sería mejor que el espectador lo vea y saque sus conclusiones.

Carlos Michelena